Está asombrado, desorientado... Intenta creer que es un sueño pero no, la realidad es que se ha convertido en una cucaracha.
Se siente mal, no para de dar vueltas al rededor de él mismo y no tiene ni idea de como va a ir al trabajo. Hoy mismo tiene una reunión muy importante y tiene que terminar de ordenar todos los papeles. No puede faltar por nada del mundo.
Por fin decide ir al trabajo y hace el intento de vestirse. No sabe que ponerse, los pantalones le quedan grandes, al ponerse la camiseta le duelen las alas... Al final no tiene más remedio que ponerse un vestido rosa con lunares que la madre se dejó hace tiempo.
Sale corriendo sin ni siquiera desayunar ya que no quiere que nadie le vea y se monta en el autobús. "Bonito vestido" -le suelta el conductor. Gregorio no dice nada y se sienta pensando en como el conductor solo le ha dicho algo del vestido.
Llega al trabajo y corre hacia su despacho mientras todos le miran de arriba a abajo. Se sienta en su silla, saca sus cosas y empieza a trabajar como siempre, como si nada pasase.
De repente alguien entra, es Alejandro, su compañero.
"¿Qué haces así vestido? Pareces una abuela. -Dice Alejandro sin poder parar de reír.
Gregorio no aguanta más y le cuenta todo lo que le ha pasado desde que se ha levantado. Alejandro no para de reírse y Gregorio cada vez está mas enfadado.
"¡¡Pero que gracioso te has levantado hoy!! -dice Alejandro con cara de no haberse creído nada.
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